Seis meses de prisión y 15 de inhabilitación para el ejercicio de cualquier profesión, oficio o comercio que tenga relación con los animales son las penas que el magistrado titular del Juzgado de lo Penal 2 de Cáceres ha impuesto a un ganadero que dejó morir de hambre a una partida de cerdos en una finca de Casas de Millán.
Ocurrió en la finca ‘El Encinar’, a la que llegó a principios del año 2009 una partida de cerdas reproductoras procedentes de Huelva “que precisaban de atención de cara a su engorde para el posterior pase al matadero y reparto de beneficios” entre la propietaria de los animales y el propietario de la explotación y acusado, Enrique A. M.
Pero este, según declara el juez probado en su sentencia, “se desentendió completamente del cuidado de los animales cuando la única persona que tenía empleada para cuidarlos y atenderlos se dio de baja laboral por enfermedad”. Abandono que hizo, se añade en la sentencia, que dichos animales “sufrieran una gran desnutrición, muchos llegaran a una situación agónica-moribunda y algunos incluso murieran”.
Por estos hechos se declara a Enrique A. M. autor responsable de un delito de maltrato a animales domésticos y se le condena.
En el juicio, celebrado el pasado día 16, el acusado, Enrique A. M., manifestó, según recoge el juez en su sentencia, que aunque los cerdos objeto de la acusación, en concreto ‘cerdas reproductoras’, se encontraban en su finca no eran suyos, sino de una señora de Badajoz “que le había pedido el favor de acogerlas en su finca para poder engordarlas y que luego se repartirían los beneficios”.
Y señaló, además, que ya estaban en “muy mal estado” cuando llegaron a su explotación, que incluso “cinco murieron nada más bajarse del camión”, y aseguró que él lo que trató de hacer “fue salvarlas”, precisamente, dijo, “lo contrario de lo que se me acusa”, y que cuando ya no pudo hacerse nada fue “a un matadero de Galisteo y me costó 2.500 euros sacrificarlas”.
Pero pese a sus declaraciones, el juez declara probado, en base a las pruebas aportadas y las declaraciones prestadas en el juicio por los diferentes testigos, que en este caso “está claro que no existió preocupación o vigilancia alguna sobre las condiciones físicas de las cerdas reproductoras”. Que el encargado que solía ocuparse de ellas “se había dado de baja” pero el acusado, aun cuando era conocedor de ello, “no recabó la asistencia de ningún otro empleado” para hacer sus funciones, “lo que supuso en definitiva dejar a los animales a su suerte”.
Para el juez, así lo hace constar en su sentencia, “no cabe duda de que lo que hizo el acusado fue desentenderse por completo de la atención de aquellos animales a lo largo de casi un año”, y en estas circunstancias, “es indefectible” que terminasen de la forma que acabaron, esto es, “con claros síntomas de inanición, en un estado de caquexia (desnutrición) extrema, y algunos agonizantes e incluso muertos cuando llegó la Inspección Veterinaria”.
Estos hechos, se concluye, tienen pleno encaje en un delito de maltrato animal, y del que se declara autor y se condena a Enrique A.
Fuente: El Periódico Extremadura
Nota del CENTRO LEGAL PARA LA DEFENSA DE LOS ANIMALES: Hacer sufrir a los animales y provocar su muerte es injusto, con independencia de las condiciones en que dichos animales se encuentren en las granjas. Una alimentación vegana, donde no se consuman productos de origen animal (carne, peces, huevos, lácteos…), es apropiada en cualquier momento de la vida, y supone el primer paso para rechazar el especismo LINK.