La fiscalía de Ciudad Real reclama dos años de prisión y tres de inhabilitación para el ejercicio de cualquier actividad relacionada con los animales para un vecino de Daimiel acusado de dejar morir de hambre a sus perros, a los que abandonó a su suerte en una finca del término municipal de esa localidad en 2010.
El caso lo destapó la protectora de animales de la localidad, Villanana, que atendió a una llamada vecinal porque varias personas habían observado como los perros (unos cincuenta) se estaban comiendo unos a otros ante la falta de alimento y cuidados. Al final, cuando intervino el Seprona, se certificó la muerte de once perros. El resto se pudieron salvar.
“Yo mismo me hice cargo de dieciséis”, explicó ayer a este periódico Julián Carrión, presidente de la asociación, que considera que este hombre debería ser inhabilitado de por vida para tener animales.
La fiscalía, que ha pedido que se abra juicio por lo Penal (todavía no hay fecha) entiende que el acusado cometió un delito de maltrato de animales domésticos ya que recluyó a sus perros en unas instalaciones “con claro desprecio y desinterés hacia la vida e integridad de los perros que allí se hallaban”.
Se da la circunstancia que un año antes de los hechos el Ayuntamiento de Daimiel había decretado el precinto de las instalaciones en la que el acusado, que se sigue dedicando a la caza, tenía los animales.
Fuente: Lanza digital