El juzgado de lo Penal 3 ha condenado a un año y medio de prisión por un delito de lesiones, al abono de una multa de 390 euros y al pago de una indemnización de 3.500 euros a la víctima por azuzar a su perro contra un hombre.
Los hechos ocurrieron el día 7 de mayo de 2010 en un bar. El ahora condenado, trató de invitar a una ronda a tres clientes que se encontraban en el establecimiento, aunque ellos declinaron la oferta. A continuación, el condenado rompió los vasos que había sobre la garra y golpeó a dos hombres. A continuación, azuzó a su perro, animándole a atacar a los dos hombres. Al mismo tiempo, el propietario del perro se abalanzó sobre uno de ellos, le tiró al suelo y le dio puñetazos y patadas. El animal le mordió en el gemelo de la pierna izquierda.
El hombre tuvo que ser operado y tardó en curar 41 días. Como secuela, le ha quedado una cicatriz de 6 centímetros en la cara posterior de la pierna izquierda.
Contra la sentencia en primera instancia, el implicado presentó recurso en la Audiencia de Burgos. Su abogado alegó que el ataque del perro fue algo accidental e imprevisible. Y que el hijo del acusado, que era quien en realidad llevaba al perro, no pudo evitar que el animal se soltase y mordiera al cliente del bar. Estima el letrado que la valoración de la prueba testifical fue errónea, pero el tribunal provincial entiende que es el juez de instancia, quien ha oído las declaraciones, el que debe realizar la evaluación.
Lo que sí hace la Audiencia es dejar sin efecto la indemnización de 1.000 euros que estableció el juzgado de lo Penal número 3 por daños morales. Argumentó para ello que «las lesiones de una mordedura de perro originan, por su propia naturaleza, mayor angustia que otras lesiones». En esta segunda instancia, entiende el magistrado ponente que «no existen variables que justifiquen dicha compensación». De hecho, la sala estima que existe una incongruencia «por tratarse de la mordedura de un perro de raza no catalogada como ‘peligrosa’».
Fuente: Diario de Burgos